“Ni Una Menos” surgió en Argentina como una respuesta visceral. Acababa de aparecer el cuerpo de la adolescente Chiara Páez en la ciudad de Rufino en Santa Fe. Tenía 14 años, era hija de padres separados y vivía con su mamá y su hermana mayor. “Le encantaba ayudar”, “era buena amiga”, describieron sus allegados luego de conocer el fatal desenlace. Chiara había quedado embarazada junto a su novio, Manuel Mansilla de 16 años. Luego de una cena con amigas, dijo que se iba a la casa de él y volvía, pero nunca más lo hizo. Desapareció. Después de una serie de idas y vueltas todo el pueblo de más de 20.000 habitantes se movilizó para buscarla. Seguía sin aparecer.
Al día siguiente encontraron su cuerpo, enterrado en la casa de los abuelos de su novio luego de que él confesara el crimen: la había matado a golpes. En 2017 fue condenado a 21 años y medio de prisión. Cientos de crónicas describieron a Chiara Páez. Hasta el día de hoy podemos dar con muchos perfiles que describen sus gustos, sus hobbies y lo que hacía día a día. ¿Pero qué sabemos de Manuel Mansilla? ¿Qué sabemos de los cientos de miles de Mansillas que asesinan a una mujer en nuestro país cada 25 horas?
La periodista Marcela Ojeda fue quién estalló en redes sociales, como quien tira una botella con un mensaje de auxilio al mar: “Actrices, políticas, artistas, empresarias, referentes sociales ... mujeres, todas, bah… no vamos a levantar la voz? NOS ESTAN MATANDO”, escribió el 11 de mayo de 2015 en Twitter con un mensaje que se encuentra fijado en su cuenta al día de hoy.
Y comenzó el movimiento, de unión, de sororidad, de alerta y de hartazgo. “Ni una mujer menos”, comenzaron a pedir, a movilizarse las periodistas principalmente, y actrices y referentes luego. “Ni una menos nació ante el hartazgo por la violencia machista, que tiene su punto más cruel en el femicidio. Se nombró así, sencillamente, diciendo basta de un modo que a todas y todos conmovió: “ni una menos” es la manera de sentenciar que es inaceptable seguir contando mujeres asesinadas por el hecho de ser mujeres o cuerpos disidentes y para señalar cuál es el objeto de esa violencia. Esa consigna desbordó las interpelaciones previas del feminismo, desde donde la violencia machista se viene denunciando hace décadas pero, al mismo tiempo, desde la primera marcha del 3 de junio de 2015, la calle y el documento demostraron que la fuerza que se movilizaba era un impulso feminista, se reconociera o no albergado en esa palabra, en su pluralidad de tonos y voces”, explica en su carta orgánica el movimiento compuesto por miles de mujeres de todo el país.
El 3 de junio de 2015 se marchó en más de 80 ciudades de argentina bajo la consigna de Ni Una Menos. Miles de mujeres acompañaron el grito y agregaron otros reclamos: Vivas y libres Nos Queremos. Más allá de los reclamos posteriores que agregaron otras temáticas, en la misma fecha se marcha cada año contra la violencia machista, situación que nos debe interpelar y alertar a todos.
Sin embargo, a tres días del aniversario de esa marcha y seis años después, los casos se siguen replicando y la realidad de la pandemia y cuarentena hicieron que la violencia doméstica contra las mujeres se recrudezca.
Los datos que entregan las organizaciones no gubernamentales son aterradores: 143 muertes violentas de mujeres, travestis y trans en la Argentina. Una cada 25 horas. 95 niños, niñas y adolescentes se quedaron sin madre durante este año. Los datos que acompañan estas estadísticas que muestran la magnitud de la problemática, indican que el 25% de mujeres víctimas de femicidios había denunciado a su agresor y un 16% tenía orden de restricción de contacto o perimetral. Además el 89% de los femicidas eran conocidos por las víctimas. De ellos, el 63% eran parejas y ex parejas de las mismas.
¿Por qué se hace hincapié en este último dato? Porque dentro de los lugares más comunes en los cuales ocurre un femicidio está la vivienda de la víctima. El 71% de los femicidios se ejecutaron en la vivienda de la víctima o vivienda compartida, dato no menor cuando, en situación de pandemia, se solicita a la población que se quede en casa.
En Tucumán se registraron en 2021 nueve femicidios, cuatro muertes violentas, una en investigación y ocho intentos de femicidios.
El "Ni una Menos" en Argentina inspiró también a las organizaciones feministas de otros países de América Latina como Chile, México, Perú y Uruguay que tomaron el modelo y llevaron a las calles el mismo reclamo contra la violencia machista y los femicidios. Reclamo que, hasta el día de hoy, tiene su eco en las calles.